Con gran estupor leí en El Diario de Hoy del miércoles 20 de mayo que "quieren obligar a docentes a que vayan a actos cívicos", según reza el encabezado en la página 18.
La propuesta es evidente que forma parte de la campaña política, como una ocurrencia más de los inefables políticos, por lo que el estupor no proviene del partido ni del diputado que lo propone, sino que lo produce el antetítulo que dice: "Ministra de Educación está a favor" (!!!)
Porque ella, la ministra Darlyn Meza es considerada una de las mentes más lúcidas y progresistas dentro del gabinete, un ser pensante, que no abundan en la vida pública, y el hecho que esté a favor de una medida tan autoritaria, anacrónica y retrograda como "obligar" a hacer algo que está fuera de las obligaciones magisteriales y entra en el campo de la conciencia de cada uno, rebaja el prestigio de una de las pocas figuras presentables en el ámbito político.
Ya había decepcionado la ministra, cuando, en noticias respecto a la necesidad de impartir educación sexual, apareció en fotografía de un periódico matutino (LPG, Jueves 7 de agosto 2008-Pag. 3) en actitud de rogar al arzobispo Rosa Chávez, quien, con soberbia, la disminuye, evitando el contacto visual con ella, mientras la ministra, manos al pecho, parece pedir venia en esa fotografía, que sí dice más que mil palabras, en cuanto a la influencia de la iglesia católica en el actual gobierno, y en cuanto a la urgente necesidad que la ministra Meza tiene de estudiar semiótica y lenguaje no verbal.
Los actos con que se acostumbra celebrar el 15 de septiembre datan de los tiempos del general Maximiliano Hernández Martínez, cuando se militarizó la educación, se crearon las bandas de guerra, y se obligaba a los estudiantes de institutos nacionales a recibir instrucción militar, como manera de crear una sociedad uniforme, autoritaria y un pueblo sumiso. Tal era el objetivo de los desfiles al estilo fascista, que hace tiempo debieran haber desaparecido, como muestra de que vivimos en una sociedad plural y democrática.
Esos actos también eran crueles e inhumanos. La gente acudía a reirse y a contar quiénes y cuántos niños y adolescentes se desmayaban marchando bajo el sol inclemente a pleno mediodía.
Luego del desfile se continuaba el acto "cívico", consistente en cantar los cinco himnos de Centroamérica, que nadie entiende qué dicen. Luego se continuaba con aburridos discursos, incluyendo al alcalde semianalfabeto leyendo el acta de independencia, mientras los desnutridos niños y niñas seguían cayendo desmayados uno tras otro, a lo largo y ancho de la patria.
No hay pues nada de patriótico ni cívico en continuar esos actos originados en el gobierno español-criollo de Hernández Martínez, que dio el tiro de gracia a las moribundas culturas nacionales, fusilando y ahorcando a 30,000 hermanos nuestros, para así culminar la conquista de nuestra tierra por los españoles-criollos.
La naturaleza antipatriótica e inhumana de estos "actos cívicos" tradicionales ha empeorado en los últimos años, con la proliferación de la moda machista de las cachiporristas, en que las estudiantes son convertidas en objetos sexuales, son víctimas de insultos chocarreros de la chusma y se agrava la sexualización que ya los medios han inducido en la juventud femenina. Reconocidos tratantes de blancas y rufianas son vistos tratando de entablar "entrevistas" con las cachiporristas.
La gente ama a su patria con agradecimiento que sale del corazón, cuando esta es hogar acogedor donde puede vivir y prosperar bajo un sistema justo que funciona para todos. Una sociedad que obliga a sus ciudadanos a emigrar jugándose la vida en busca de oportunidades, felicidad y libertad, nunca creará patriotismo ni civismo por medio de actos fascistoides o comunistoides a los que la gente va obligada.
El pueblo salvadoreño admira e imita la cultura del pueblo estadounidense: ¿ Porqué entonces el gobierno no deja de meterse en sus vidas y permite que quien quiera celebrar el 15 se vaya de picnic familiar, como en Estados Unidos y tener un agradable día de descanso en las playas y balnearios? Y mejor aún, ¿porqué no dejan de imitar a la Cuba de Castro y a los gobiernos comunistas condenandonos a no ver TV ni oir radio porque toda la mañana se transmite en cadena el acto oficial?
Sería un buen ejemplo de civismo y patriotismo, si esa cadena radio-televisiva se sustituye, al estilo americano, por fuegos artificiales que tanta ilusión y alegría despierta en los salvadoreños y por eso se han vuelto tan populares.
El Presidente Saca, como experto comunicador, sabe cuánto más efectivo que una mañana con los medios encadenados, es un discurso de cinco minutos o menos, salido del corazón, dicho con la verdad, sin retórica patriotera ni pronósticos apocalípticos electoreros, para luego invitar al pueblo a ilusionarse con los fuegos artificiales.
Ojalá la ministra reaccione y sea la que el pueblo conoce y pase a la historia como la mujer que acabó con las tradiciones militaristas fascistoides y machistas del fatídico Hernández Martínez, el que creia que era bueno que los niños fueran descalzos para recibir mejor los "efluvios" de la tierra.
1 comment:
Buen post. Lastima que escribas tan poquito.
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